Publicado el: 09 Nov 2017

Buddy Holly y la Llousina de Cordovero

Por Fredo ELDORADO

La Llousina de Cordovero es uno de los mayores ejemplos del derecho de propiedad comunal heredado de los godos” le dijo un vecino de este pueblo a Buddy Holly mientras le señalaba la finca de la parte de abajo de la iglesia.
Hacía cuatro horas, a media mañana, que sin avisar a nadie, el músico americano saliera de Casa Chamaco, cogiera camino de Cirizeo, bajara por la fuente hasta el molín de Canal, cruzara el puente del Sabarío y en subida de gran sofoco llegara hasta el caserío de El Piconal con los rizos pegados a su sudorosa y texana frente.
Nadie encontró allí salvo un perro que lo abrasó a ladridos de cadencia irregular y lo acompañó sin amabilidad ninguna hasta que salió de la propiedad. Cruzó el pueblo entero y bajó hasta La Tienda donde divisó la banderola de un bar.
-Si hay bar hay vida -pensó en alto.
En Casa Leoncio pidió un refresco.
-¿Queredes vaso o bébeslo del frasco? -Le dijo el tabernero.
– Del frasco, del frasco…
Entabló conversación con dos parroquianos que quedaron fuera de la partida de dominó que se jugaba al fondo. Tan sofocao lo vieron que le preguntaron si sabía dónde estaba.
-Claro que lo sé; en el concejo de Pravia -dijo sonriente y orgulloso de su sabiduría de novato.
Le contaron que de casualidad, porque en 1927 la parroquia pertenecía a Salas, pero por razones geográficas emigraron a Pravia de la mano de Folgueras.
Entonces alguien entró de sopetón en el bar y le cuchichearon que había un forastero.
-¿Y lo tenéis aquí tomando Konga y no le enseñáis la iglesia ni la Llousina? Mi alma si no sois fatos…
El juez, natural de Villamondriz, lo cogió del brazo y tiró de él camino del pueblo a paso largo. Allí le explicó que la iglesia fue construida por deseo testamentario de José Martínez Folgueras, gran benefactor de Cordovero, que después de múltiples avatares en Cuba y algún que otro fracaso empresarial, se licenció en teología y ejerció como sacerdote sin olvidarse nunca del pueblo que lo vio nacer.
-Y esa finca que está de la parte de abajo se sortea cada cuatro años, el primer domingo de octubre, después de misa, entre los vecinos con casa abierta en el pueblo. – También le dijo que tenían que estar casados y con un ascendiente nacido en Cordovero y que con esos requisitos todos disfrutaban de una parcela.
-¿Y si alguno se muere? -preguntó el rizoso con sincero interés.
-Los viudos conservan su porción, las viudas la mitad.
Y así cada día fue para Buddy Holly un nuevo descubrimiento y una fuente de inspiración musical. Cada día, cada día…
“Everyday” formó parte de la cara B del single “Peggy Sue” grabado el 29 de mayo de 1957.
Mauregato se hubiera quedado con la Llousina entera para él solito.

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