El arca santa y la ruta de las reliquias
Por Loli GALLEGO
Siempre pensé, ya desde que daba clase, que la historia de Asturias aparecía muy difuminada en los libros de texto; Covadonga y poco más. A pesar de esta “mutilación” de nuestra historia como región, siempre estuvieron presentes en mis temas transversales aquellos hechos históricos relacionados con Asturias para que conocieran lo que era nuestro y también la idiosincrasia del pueblo astur, al que pertenecemos.
Y todo lo que se pueda contar, aunque sea de tiempos muy remotos, nos pertenece y por esta razón es necesario conocerlo. Y en esta colaboración recorreremos el camino que siguió el Arca Santa desde la salida de Jerusalén hasta llegar al Monsacro.
Cuando los persas invadieron Jerusalén en el año 614 los cristianos que custodiaban un arca de madera de cedro donde se guardaban el Santo Sudario y otras reliquias, pertenecientes a Jesucristo y a la Virgen María, la pusieron a salvo, llevándola a Alejandría en Egipto. Pero como el avance de los persas continuaba, la trasladaron al Norte de África, y desde allí a España entrando por Cartagena.
Se depositó en Sevilla y posteriormente San Isidoro la lleva a Toledo, en el siglo VIII, en donde se le hace una caja nueva de roble. Ante la invasión de los árabes deciden trasladarla al norte, a Asturias.
La ruta de las Reliquias
Se llama así al recorrido que, desde la Babia y entrando en Asturias por el Puerto de Ventana, recorrió el Arca Santa, llevada por caballeros templarios. Prácticamente todo el trayecto se hace por el Camino Real de Puerto de Ventana, recorriendo el concejo de Quirós, dejando hitos religiosos allí donde terminaba una etapa. Se construye una ermita junto con un albergue en Trobaniello. Desde Bueida a Ricabo y de allí a Ronderos, otra parada, edificación de un albergue y la capilla de la Soberana.
Son diferentes lugares por los que va pasando hasta llegar a Bermiego a la salida de este pueblo está el campo de la Merced la capilla con su monasterio y hospedería, y tomando el camino de verano de las Andrúas se llega a Cabaña Nueva donde había un peaje que gravaba el tráfico de mercancías por esta ruta. Finalmente y después de un recorrido de unos 38 kilómetros llega el Arca Santa a la capilla de San Antonio en Pedroveya. Posteriormente es llevada al monte Monsacro (Morcín) y depositada en la gruta de Santo Toribio. Allí permanecerá unos 100 años hasta su traslado a la capilla de San Miguel, hoy Cámara Santa, en la Catedral de Oviedo.
La fundación de Oviedo
Es necesario hablar de la fundación de Oviedo, pues es alrededor de la ciudad donde se construyen los edificios religiosos para albergar el Arca de las Reliquias.
Oviedo es creada por dos monjes llamados Máximo y Fromestano, en el año 761 (siglo VIII) que fundan el Monasterio de San Vicente y alrededor de éste va creciendo lo que luego será la capital de Asturias. Pero será Alfonso II El Casto el que más contribuye al desarrollo de la ciudad. La fundación de la sede episcopal se debe a este Rey. Estaba integrada por la basílica dedicada al Salvador, la Cámara Santa y el palacio del monarca.
La importancia de esta Sede estaba en el culto y veneración de las sagradas reliquias que, Alfonso II mandó depositar definitivamente en la capilla de San Miguel trayéndolas de la cueva de Santo Toribio en le Monsacro, en el año 808 (siglo IX).
Pero el Arca Santa no es abierta hasta el año 1075, cuando Alfonso VI viene en peregrinación a Oviedo para rendirle culto. Entre las casi 83 reliquias está la más valiosa, el Santo Sudario, paño que cubrió el rostro de Jesús cuando fue depositado en el sepulcro. Todos los viernes santos y los días 14 y 21 de septiembre (San Mateo) se expone en la misa de la Catedral.
El Arca Santa fue mandada recubrir de plata por la reina Urraca la “asturiana”, hija bastarda de Alfonso VII “el Emperador”. Está, como se dijo, en la Cámara Santa junto con otras reliquias y joyas, tales como las cruces de la Victoria y la de Los Ángeles, así como la Caja de las Ágatas. Dentro de la Cámara Santa está la cruz de la Victoria, donada por Alfonso III “El Magno”en el año 908. La Cruz de los Ángeles es una cruz relicario donada por Alfonso II el casto en 808. La Caja de las Ágatas es del año 910 y fue donada por el hijo de Alfonso III, el infante Fruela y su primera esposa Nunilo Jimena, Todo ello es arte de la orfebrería del prerrománico asturiano.
Hasta aquí un paseo por el Camino Real que desde Puerto Ventana nos llevó hasta Oviedo.