Ya llega
Por Fernando ROMERO
Ya llegan los efectos del cambio climático, o al menos hay signos en Asturias de algunas anomalías meteorológicas un tanto sospechosas. El cielo cayó literalmente el 26 de agosto sobre Grado y Belmonte durante diez minutos, con pequeños meteoritos helados que destrozaron huertas, coches y mobiliario urbano. Y menos mal que nos atechamos, que si no, a buen seguro teníamos algún damnificado.
Los pescadores se quejan de que los ríos bajan sin agua y en muchos concejos de la comarca la seca ha sido tremenda este verano. La imagen del embalse de Caldas de Luna completamente seco pone los pelos de punta. Algunos árboles de nuestras montañas amarillean ya, mucho antes de la llegada del otoño. Plagas de polillas, topos, avispones asiáticos, mosca del vinagre… Tal parece el fin del mundo.
Los simpatizantes de Trump y el Creacionismo, que cada vez son más por mor de la ignorancia y la alineación mediática, y también -hay que decirlo- porque pensar requiere esfuerzo y es más fácil que otros te den las ideas mascadas, creerán que se trata del fin del mundo. Son los que siguen negando, al igual que niegan la antiguedad del planeta y el método científico, que todo esto tenga que ver con la antropogénesis, o sea, que somos los humanos con nuestros detritos los que nos cargamos el planeta. Ocultan las verdaderas razones, que los poderosos conocen bien.
Sequías, pedrisco, cambios bruscos de temperatura, aumento del nivel del mar… Y me dicen en el chigre “en tiempos de mi abuelo también pasaba”. Efectivamente, porque llevamos ya 150 años de industrialización. Pero es que en 2016 batimos récords históricos de altas temperaturas, se constata que los polos se están descongelando y cada vez hay más sequías, incendios, huracanes o inundaciones. Negar la evidencia es de necios, aunque la verdad poco podemos hacer los de a pie salvo no dejarnos engañar por los cantos de sirena del Poder.