La Azucarera de Pravia, más de cien años sin encontrar el rumbo
Construida tras la independencia de Cuba para compensar la pérdida de importaciones, la fábrica cerró a los dos años de su inauguración y en sus 114 años apenas albergó actividad industrial
Por José Luis SUÁREZ RODRÍGUEZ
El emblemático edificio, conocido con el nombre de la Azucarera de Pravia tuvo desde sus comienzos un destino poco brillante y nada útil
Su origen se debió a la pérdida de Cuba como colonia española y por este motivo desaparecer las importaciones de azúcar que en aquella época se realizaban desde esa isla.
Comenzó su construcción a finales del siglo XIX y se inauguraron sus trabajos en enero de 1901, contando con la producción de remolacha que se podría cosechar en las vegas del Bajo Nalón, excelentes para el cultivo de este producto y elemento básico para la obtención del azúcar.
A los dos años de su inauguración en 1903, Pravia perdió su primer impulso industrial que daba trabajo directo a unas 100 personas, teniendo que cerrar la fábrica debido a la bajada de los precios del azúcar que no la hacían rentable.
Pasaron 114 años y sigue sin tener utilidad, solamente fue utilizada la planta baja durante algunos años, como aserradero y almacén de materiales de construcción. Contemplamos verla pasar de la más absoluta ruina a una pretendida reconstrucción que no termina de finalizar.
Su recuperación se adjudicó en principio por la cantidad de 4.176.263,60 euros, sin incluir la parte superior de la chimenea alcanzada por un rayo, cuya cantidad ha sido invertida necesitando aproximadamente medio millón de euros mas para su finalización.
Este edificio, está formado por cuatro plantas consistentes en: planta baja, primera y segunda planta y una cuarta en bajocubierta, la superficie construida por cada planta es de unos 1.500 metros cuadrados en las tres primeras, y 600 metros cuadrados en la planta bajocubierta.
Según las dimensiones que en la actualidad se están desarrollando tendremos una superficie aproximada de 5.100 metros cuadrados para oficinas con un volumen de 18.000 metros cúbicos de ocupación.
El Ayuntamiento parece tener el proyecto de utilizarla en los servicios siguientes: juzgados, Centro de Iniciativa Empresarial, Centro Cultural, restaurante-cafetería, oficinas del Principado de Asturias, sede de la Mancomunidad de las Cinco Villas, Archivo Histórico Municipal y Casa de Encuentros de la Mujer.
Alguien habrá considerado el importe mensual que costará a las arcas municipales la utilización de esta gran superficie al tener que pagar limpieza, electricidad, calefacción, agua, teléfono, mantenimiento y amortización. El gasto que representaría anualmente sería el equivalente a la suma de 51 viviendas de 100 metros cuadrados de superficie, solamente en limpieza, alumbrado, agua y teléfono, los gastos de calefacción por tener una altura aproximada de 3,50 m. sería también el equivalente a 70 pisos de 100 metros.
Un cálculo del coste anual de estos servicios podría alcanzar los 300.000 euros.
Dados los servicios que se pretenden instalar, algunos innecesarios y otros próximos a su desaparición, se podría buscar otra solución atendiendo a su desarrollo, finalización y el lugar en que se encuentra.
La Azucarera está situada en la parte más baja de la localidad de Pravia, al norte de la misma, colindando con el río Aranguín y construida en la vega de este río. Es la parte más desfavorable climáticamente de todo el espacio urbano de la capital del concejo; durante parte del invierno las heladas se mantienen en su superficie por no llegar hasta ellas el sol, y muchos años fue utilizada como almacén de carbones, aserradero y depósito de materiales de construcción.
La parte más occidental de esta vega, al otro margen de la carretera Pravia-Agones está ocupada por establecimientos industriales: taller y venta de automóviles, marmolería, taller de forja, depósitos de gas, matadero municipal, etc. Desconozco los motivos por los que una corporación municipal en unas normas subsidiarias, de hace bastantes años, calificó los alrededores de la Azucarera como Zona Residencial, y en el actual planeamiento urbano sigue en un plan parcial, todavía sin desarrollar, con la misma asignación. En ese lugar todavía no se construyó ni una sola vivienda unifamiliar.
La opinión pública estaba dividida, unos deseaban derribar este edificio, cuando era totalmente una ruina, y otros reconstruirlo como un edificio emblemático de esta comarca, prevaleció esta última opción que el alcalde Sr. Solar tomó como banderín de su gobierno.
Obra faraónica
Los medios económicos de los que dispone el Ayuntamiento son bastante precarios y los impuestos demasiado altos. La obra faraónica de la Azucarera comenzada por el alcalde Sr. Solar sobrepasa en sumo grado sus costes, al edificio le faltan unos cientos de miles de euros para su terminación y un gasto mensual demasiado elevado cuando esté en servicio.
Para evitar todas estas problemáticas inversiones, la corporación municipal podría hacer un estudio fundamentado en las razones siguientes:
El espacio que ocupa el Plan de Ordenación como zona residencial podría modificarse como suelo industrial con los condicionamientos necesarios para la instalación de industrias no contaminantes igual que la parte oeste de la misma vega ya desarrollada. Pravia carece de suelo industrial y es absolutamente necesario planificarlo para evitar que nuestras empresas tengan que marchar a otros concejos como está sucediendo. Con su desarrollo podría sacar algún beneficio económico al ser la mayor parte del terreno propiedad del Ayuntamiento.
La Azucarera fue construida como un edificio industrial y ese debería ser el destino de su utilización.
El edificio podría tratar de cederse en alquiler, bien en su totalidad, o por partes, a empresas que el Ayuntamiento puede proponer para: almacenes, talleres, oficinas, etc. condicionando la terminación del espacio a ocupar además del pago de alquiler en mensualidades. Esto crearía puestos de trabajo que hacen tanta falta, e ingresos en lugar de gastos para las arcas municipales.
Hacemos estas sugerencias con el deseo de ofrecer una idea. Suponemos que su utilización como: Centro de Iniciativa Empresarial, Centro Cultural, Archivo Histórico Municipal y Casa de Encuentros de la Mujer, suena muy bien, pero no son de ninguna manera necesidades urgentes.
Somos un concejo que tiene aproximadamente unos 9.000 habitantes y alguna de estas secciones están establecidas en el edificio de las Antiguas Escuelas, otras como el Juzgado, habrá que esperar a la próxima distribución que está preparando el Ministerio de Justicia.
Demos a la Azucarera una utilidad verosímil, económica, práctica y real, con un uso industrial que es para lo que fue construida y sería su mejor final.