Escenas de Nochebuena
Por Plácido RODRÍGUEZ
Abuelo—Dónde habré puesto mi dentadura postiza…
Madre—Vamos, siéntese a la mesa. Ya se la busco yo, que se le va a enfriar la sopa. Y tú también, Juanín, tómate la sopa o no hay turrón de postre.
Niño—No me gusta, tiene bichos.
M—No son bichos, son andaricas.
N—Tienen ojos, me miran.
M—Cómo te van a mirar, si están cocidas, ¡anda! Apártalas y toma el caldo.
Ni—No me gusta, sabe a pis.
Padre—Vamos, mujer, si no le gusta que coma otra cosa, lo que sobra esta noche es comida.
M—Así, no hay quien eduque a este crio, es que se lo consientes todo.
A—¿Has encontrado ya mi dentadura? Quiero comer un poco de pavo.
M—La sopa está un poco sosa, el que quiera que le ponga más sal. Usted no, ya sabe que no le deja el médico.
A—Ese no es un médico, es un represor, no me deja hacer nada. Me trata como cuando estuve preso. No me deja tomar vino, no puedo comer con sal. Cada vez que voy a la consulta me prohíbe alguna cosa, si al menos pudiese fumarme un cigarrito.
M—De eso ni hablar, como mucho se toma una copita de Sidra el Gaitero después de cenar.
A—Prefiero un poco de vino tinto, para acompañar el pavo, pero para eso me hace falta la dentadura. ¿Podéis cambiar la tele de canal?
M—¿Qué le pasa a este canal? Si está muy entretenido.
P—Que va a salir el Rey, y ya sabes que mi padre es republicano.
M— Pues a mí me parece que es muy guapo, y además está muy preparado.
A—Los médicos también están muy preparados y no heredan el puesto, aunque…, el mío no lo sé. Al Jefe de Estado lo tiene que elegir el pueblo. A ese señor lo puso su padre, y a su padre un dictador, un dictador que me encarceló por defender los derechos de los trabajadores.
M—Vamos, no empiece, ya sabe que le sube la tensión.
A—Por tratar de mejorar el futuro, incluido el de un crio caprichoso que no quiere cenar sopa.
M—Eso sí que es verdad. Vamos, Juanín, no te lo digo más veces.
N—No quiero, tiene cosas.
M—Es normal que tenga cosas, si no, ¿cómo iba yo a hacer la sopa, con agua sola?
N—Es que hay unos dientes.
P— ¿Unos dientes? ¡Vuagg!
A—¡Qué bien! Al fin voy a poder comer el pavo ¿Quién me sirve una copita de vino?
M— Es verdad, ¡agg! La dentadura está dentro de la sopera. ¡Juanín! ¿Cómo sabías dónde estaba la dentadura del abuelo? Seguro que la has puesto tú para no cenar la sopa. Te vas a ir castigado a la cama.
P—Por favor, mujer, que es Nochebuena.
M—¡Qué cruz! Así no hay quien eduque a este niño.
A—¡Qué calentita está la dentadura! ¿Quién me sirve un poco de pavo? ¡Ah! Y una copita de vino para no atragantarme. ¡Venga! Alegría, que es Nochebuena. Saca la bota María que me voy a emborrachar…