La exclusión social en Pravia alcanza al 12% de la población, dice Cáritas
La ONG de la Iglesia atiende actualmente a once familias, aunque llegó a ayudar a 60 en los peores tiempos de la crisis
F. Romero / Pravia
“No hacemos caridad como se entendió siempre. Entendemos la caridad como fraternidad radical, amor en su significado más profundo”. Esa es la razón de ser de Cáritas en Pravia, al menos así lo entiende su presidente Jorge Luis Fernández Cuesta, quien junto a Aurora García, directora y 23 voluntarios y voluntarias, hacen posible esa solidaridad de lo cotidiano que pasa desapercibida para el gran público pero no para las familias que la perciben. Y no son pocas. Calcula Fernández Cuesta que en Pravia hay un 12% de su población que vive en la pobreza y eso que lo peor de la crisis ya ha pasado, asegura.
En los últimos 5 años han atendido a 179 familias. En los peores tiempos de la crisis, prácticamente hasta el 2015, llegaron a ser 60 familias al mes. Ahora se ha reducudo a 11. “El salario social ayudó mucho, aunque también hay mucha picaresca”, explican.”De 2010 a 2015 fueron años terribles. Nosotros llegamos a dar al mes 1.000 euros para comida, unos 20 euros por persona al mes”, explican los responsables de Cáritas. Ahora esa cifra se ha rebajado a 300/400 euros al mes. Antes se ayudaba directamente para comer, ahora hay otras necesidades como el alquiler de la vivienda a consecuencia de la violencia doméstica o las separaciones familiares o para pagar la luz. “A veces les damos dinero a fondo perdido y otras de manera que puedan ir devolviéndolo poco a poco”.
Cáritas Pravia no solo ayuda económicamente a las familias con dificultades económicas. Su actividad es muy amplia y abarca muchos aspectos.
Uno de sus ‘frentes’ es la acogida y el acompañamiento a personas mayores. Hacen un poco de refuerzo a los servicios sociales municipales pero de manera altruista “porque nadie percibe nada por ello”. Tratan de aliviar a la gente mayor que se encuentra en residencias en las que pasan muchas horas “y la soledad es otra forma de pobreza”, explica Fernández Cuesta.
Otra de sus actividades se centra en el apoyo a los niños y jóvenes a través del Programa Oca. Los sábados realizan actividades “para muchos niños que si no andarían tirados por la calle”, dice Aurora. Realizan manualidades, talleres de cuentos, aunque lo que más les gusta son las excursiones. Llevan tres años con esta iniciativa y participan 17 niños y niñas.
Cáritas Pravia apoya también a los sin techo, a los transeúntes. En 2016 concedieron 39 vales para comer caliente. Tienen un acuerdo con un establecimieto hostelero para que les dé sopas, bocadillos calientes o un guiso. También se les facilita ayuda económica para desplazamientos de transporte en recorridos cortos y se les ofrece un techo en el albergue de Cudillero.
Otra tarea importante es la de la sensibilización de la comunidad cristiana “y la sociedad en general” en valores que describen como de dignidad humana.
Para poder llevar a cabo todas estas iniciativas Cáritas cuenta con un voluntariado afortunadamente cada vez más joven “ha llegado el relevo generacional y también cada vez más apoyo de chicos, ya que hasta ahora la mayoría eran mujeres”.
Tanto Aurora como Jorge se sienten especialmente orgullosos de tener voluntarios que van desde los 22 hasta los 93 años de edad.
Pero para ser eficaces en su trabajo no solo vale la buena voluntad. Por eso le prestan especial atención a la formación continua. En este sentido reciben e imparten cursos constantemente. No solo creen que hay que dar bienes y servicios a los que lo necesitan “sino enseñarles a gestionar mejor su vida para evitar que lleguen a situaciones límite. Enseñamos a muchas familias nociones de gestión doméstica, o de cocina para que se pueda comer variado con poco dinero”.
El ‘armario’, un ropero gratuito con mucho éxito
F. R. / Pravia
Durante 2016 Cáritas de Pravia cedió a numerosas familias más de 4.000 prendas de ropa que han ido recogiendo a través de su ropero local. Este aspecto de la entidad paroquial es uno de los más consolidados, hasta el punto de haber alquilado un local propio llamo “El armario”, en el centro de la villa para las personas que necesiten vestirse y carezcan de medios. Les llega todo tipo de ropa y tienen que trabajar mucho para seleccionar aquella que pueda ser usada, aunque, explica el presidente de Cáritas “nada se tira, todo se recicla o se manda a arreglar o limpiar”. “Hacemos un esfuerzo sobrehumano con la ropa”, añade Aurora. Todo tipo de prendas, incluso sábanas. La que más se demanda es la de los niños, porque “crecen y enseguida necesitan cambiar”.
Esta tarea es una de las que les lleva más tiempo y trabajo, tanto por la demanda como por la cantidad de ropa que les llega. Las personas que necesitan vestido acuden a Cáritas y se les entregan vales para canjear por ropa en la tienda.
Cáritas Pravia está integrada por 13 de sus quince parroquias (otras dos están en el concejo de Candamo). También trabajan en el ámbito del arciprestazgo, que agrupa a las Luiñas, Cudillero, Muros de Nalón y Soto del Barco.