“No entendemos porqué nos han hecho todo este daño”
Juan González, propietario del kiosko de la calle Jovellanos, afirma que luchará por volverlo a abrir: “los niños marchaban llorando al verlo todo así”
El establecimiento fue pasto de las llamas después de que personas desconocidas rompieran una ventana y robaran unos 80 euros que había en el local
Redacción/Pravia
“Nos llevamos muy bien con todo el mundo, estamos muy a gusto en Pravia, y no entendemos quién ha querido hacernos este daño, por qué todo este destrozo”. Juan González, propietario del kiosko de la calle Jovellanos, junto a la colegiata, que fue quemado ayer noche por desconocidos, se echa las manos a la cabeza. Todo está destrozado: los expositores, el material, el mobiliario, una de las máquinas de juguetes que sacaba a la puerta del local.
La noticia de que habían asaltado su negocio y le habían prendido fuego le llegó como un hachazo, a las siete y veinticinco de la mañana. “Me llamaron para avisarme de que se estaba quemando el kiosko, y que estaban la Guardia Civil y los bomberos. Cuando llegué los bomberos ya se habían ido, ya habían apagado el incendio. Aún no lo asimilo, no entendemos todo este destrozo”, lamenta el propietario de un establecimiento ubicado en las cercanías del Colegio San Luis, y que la familia regenta desde el año 2010.
Los cacos entraron por una ventana, tras romper “y doblar totalmente” uno de los barrotes que la protegían. Una vez dentro, descerrajaron una máquina de juguetes, que no tenía demasiada recaudación, y se llevaron unos 80 euros que había en monedas, empaquetadas para llevarlas al banco a cambiarlas. Después, de forma inexplicable, todo apunta a que prendieron fuego al establecimiento.
“Ha quedado todo destrozado. No nos queda nada. Quizá se enfadaron porque no había nada más para robar y decidieron quemarlo”, reflexiona el propietario, que asegura que hoy algunos escolares, que suelen frecuentar el kiosko, lo veían quemado “y salían llorando, porque aquí nos quieren mucho”. Para entrar los bomberos descerrajaron la puerta, “y no les fue fácil, costó”, afirma Juan, que cuenta con el seguro básico y desconoce aún el alcance de los daños, aunque no se resigna a cerrar, quiere volver a abrir, “porque siempre me sentí muy bien aquí en Pravia. No entendemos todo este daño”.
El suceso, según la Policía Local de Pravia, ocurrió de madrugada, ya que el aviso a los bomberos se recibió a las 6,30 horas.