Parroquias rurales
Por David ÁLVAREZ
La necesidad de fijar población y atraer nuevos habitantes al medio rural son dos objetivos que están siendo recordados de manera repetitiva, a la vez que necesaria, en prácticamente todos los foros demográficos y políticos. Entre las diferentes propuestas, que en ocasiones pecan de ser excesivamente teóricas, no se suele tener en cuenta la realidad cotidiana de los vecinos y vecinas del entorno rural. Se intenta trasladar el modo de vida de las ciudades a estos entornos rurales como solución inmediata, sin valorar las exigencias vecinales que pasan en primer término por cubrir necesidades básicas que hagan económica y socialmente sostenible la actividad cotidiana en los pueblos.
Hace unos días se presentaba en la Junta General del Principado un proyecto de Ley sobre las Parroquias Rurales. Finalmente esta propuesta solo contó con el apoyo de dos grupos parlamentarios y no salió adelante. En mi modesta opinión, el debate sobre estas entidades locales menores requiere mayor profundidad, y los concejos que contamos en nuestra estructura con parroquias rurales tenemos que formar parte de manera activa en la elaboración de un texto que garantice la sostenibilidad y el futuro de estas entidades, ya que gracias a su existencia, la gestión y el día a día de los vecinos del medio rural mejora de manera notable.
Se ha perdido una oportunidad de hacernos partícipes, pero se inicia un nuevo horizonte en el que seguro que entre todos los agentes interesados tendremos la oportunidad de sumar en pro de un objetivo común.
Creo que es hora de abordar de manera decidida,entre otros temas, el sistema de financiación de las parroquias rurales, unificando criterios en toda la comunidad autónoma, involucrando al Gobierno Regional y a los ayuntamientos. De esta manera evitaríamos la situación actual de incertidumbre y las desigualdades provocadas con el actual sistema de “autofinanciación”, según el cual los recursos obtenidos dependen prácticamente en su totalidad de las subastas madereras o subvenciones municipales sujetas a reglamentos propios de cada ayuntamiento.
El Ayuntamiento de Pravia, concejo de Asturias con más entidades locales menores (10), está dispuesto a trabajar de la mano de las juntas de las parroquias rurales, así como con entidades supramunicipales para llevar a buen puerto un sistema eficaz y sostenible que proteja el futuro y garantice la estabilidad de nuestros pueblos.
Quisiera por último, aprovechar estas líneas para agradecer y visibilizar de manera pública la gran labor que realizan las juntas de las parroquias rurales, un trabajo duro y desinteresado que culmina con la mejor recompensa posible, ver como los proyectos planteados para la mejora del bienestar de tus vecinos se llevan a cabo. Así mismo, también considero necesario reconocer la gran labor realizada desde la Federación de Parroquias Rurales de Asturias (FAPAR), con su asesoramiento y la defensa a ultranza del medio rural.
Estoy de acuerdo con su exposición, pero el Ayuntamiento de Pravia debería de atender las obligaciones de pago que tiene con las Parroquias Rurales en plazos normales y no abocar a éstas a situaciones límite a final de cada ejercicio.
Usted sabe que la regla de gasto que aplica el Ministerio de Hacienda y AAPP puede llevar a la desaparición de alguna Parroquia Rural por atender compromisos con los vecinos sin tener los fondos previstos, algunos de los cuales proceden de los convenios con el Ayuntamiento de Pravia que tardan en cobrar más de 360 días.
Señor Alcalde, no basta con dar las gracias a estos voluntarios y desinteresados vecinos que gestionan las Parroquias Rurales, también hay que ayudarles de verdad pagando en similares plazos a como tiene el Ayuntamiento obligación de pagar a un proveedor.