El viaje al pasado de Luis Marino, ‘el cura’
El sacerdote praviano, párroco de Villamayor, dio ayer el pregón de la Semana Santa, en un emotivo discurso en el que recordó su infancia y juventud en la villa
Por Lucía MARTÍNEZ
Escuchar el pregón de la Semana Santa de la voz de don Luis Marino Fernández (Luis Marino ‘el cura’, como lo conocemos en Pravia) nos hizo hacer un viaje al pasado. Un viaje de recuerdos y anécdotas que teníamos olvidadas. En su pregón de ayer de la Semana Santa comenzó hablando de su niñez y juventud en Pravia, llevándonos con él a grandes recuerdos y anécdotas.
Recordar a don Manuel ‘el cura’ 50 años párroco de Pravia, al colegio de las Mercedes. A las monjas del colegio Santo Ángel, como por ejemplo la hermana Navidad; a la congregación de hermanas de la residencia Del Valle, sin olvidarnos de Sor Puig, de Maruja, Rosario y Ángeles Saavedra. De don Ángel el cura que falleció hace unos meses. De grandes personas que como él cogieron los hábitos como Julio Asterio fallecido a temprana edad, a Cantera a Jovino también fallecido y a Rubén, el praviano más joven en coger los hábitos, y muchos más.
Quiso rememorar a José Manuel Rivas, ese gran hombre querido por todo Pravia, que desde joven fue monaguillo en la iglesia de la villa y que después era un puntal muy importante en la organización de la Semana Santa en nuestra localidad. Costó mucho tras su pronto fallecimiento vivir la Semana Santa sin su presencia. Habló de las adoraciones nocturnas, recordando a José Ramón’ el de María Celesta’ (así lo conocíamos en Pravia).
No quiso olvidarse de todos sus amigos de juventud y que a día de hoy siguen siéndolo y allí estaban acompañándole unja buena parte de ellos: Andrés, Borja, Javier Sanz y sus hermanas y hermano Pablo, Alberto Henry, Jorgito y José Antonio, Alberto Grana… tantos amigos que Luis Marino tiene en Pravia.
Su última Semana Santa la vivió en la villa hace 34 años y para él hoy era volver a su pueblo.
Quiso hacer una mención especial a su familia, allí presente y describió al público cómo vivía la Semana Santa, lo que ella significa, a la vez que lo alternaba con sus vivencias, con momentos, personas y anécdotas que creíamos tener olvidados.
Por eso puedo decir sin miedo a equivocarme que además de vivir un pregón emocionante, hemos vivido un viaje al pasado.
Gracias Luis Marino por recordarnos la historia de Pravia y hacernos que no nos olvidemos de tantísima gente que forma parte de la vida e historia de esta villa.