Walden
Por Fernando ROMERO
Thoreau es uno de mis escritores preferidos. No solo por su amor a la naturaleza, sino por sus enseñanzas políticas y filosóficas acerca de la desobediencia civil y su concepto de la libertad. Maestro de pacifistas como Gandhi y Luther King, es también quien inspira a José Díaz, un ovetense vinculado toda la vida a Muros y que animado por el espíritu de Walden paró en seco la maquinaria trituradora de la vida cotidiana urbana para meterse cien días en un bosque, observar la naturaleza, sentir el lento paso del tiempo en soledad, oler la brisa fría de la mañana, oír el aullido del lobo y escuchar el silencio profundo de la noche. Confieso que no he visto cuando escribo esta líneas ‘Cien días de soledad’ pero presiento el relato porque, como José, desde mi más tierna infancia he amado siempre la naturaleza, los montes y bosques de Asturias y la soledad reflexiva. José Díaz ha sido valiente, como Thoreau. Porque en este mundo, parar en seco la máquina trituradora de lo cotidiano tiene, como él dice, un riesgo que hay que asumir. ¿Locura o cordura? Yo creo que cordura. Locura es seguir formando parte de un engranaje loco, de una inercia destructiva, de una sociedad que ha perdido el sentido de la comunidad, los valores y la ética y prefiere antes tener que ser. La soledad en el Parque de Redes no es tal. Allí José, estoy seguro, se encontró a sí mismo, y recuperó la perspectiva de la vida. Soledad autodestructiva es la del consumidor pasivo del circo mediático que ofrece estos días al populacho la carnaza del suceso, el morbo acrítico que sacude lo más primario del ser humano, sus sentimientos más egoístas y mezquinos.
El éxito que está teniendo ‘Cien días de soledad’ es, empero, esperanzador, pues demuestra que somos muchos los que, lejos de ese espectáculo que nos ofrece para idiotizarnos el Capitolio, la gente busca ventanas a la libertad porque como decía Thoreau “de todos modos yo debo seguir el sendero, por muy solitario, estrecho y tenebroso que sea, por donde pueda caminar con amor y respeto”.