Contra el olvido y la desmemoria
Por Jesús LASTRA
Concejal de IU Pravia
Sin lugar a dudas, Pravia contaba en sus calles y espacios públicos vestigios de la Dictadura. De todos, tal vez lo más significativo fuese la placa con el testamento póstumo del dictador Franco, colocada como homenaje en su memoria a su muerte por los afines a este régimen en el concejo, liderados por su Alcalde Manuel López de la Torre, en la fachada principal del Ayuntamiento, seguramente, con la idea de este singular personaje y de las fuerzas del régimen de Pravia de cumplir con aquello “de dejarlo todo atado y bien atado”.
Poco hacía presagiar a don Manuel y a los franquistas pravianos que, tras la llegada de la democracia, estas exaltaciones y muestras de apoyo al mismo, también iban a estar en peligro de extinción, al menos en nuestro concejo.
Bastó para ello que se convocaran las primeras elecciones municipales en democracia, y que celebradas éstas en nuestro municipio, al igual que en el resto de España, los pravianos cansados de largos años de silencios obligados, ejercieran sus derechos y eligiesen su nueva corporación municipal. Primera corporación municipal en democracia que quedó formada y constituida por ocho miembros de UCD (Unión de Centro Democrático), tres de CD (Coalición Democrática), tres del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), y tres de PCE (Partido Comunista de España).
Nada nuevo en la corporación nacida de estas primeras elecciones municipales en Pravia. Victoria de la incipiente UCD de Adolfo Suárez, formada por los sectores más reformistas del extinto régimen, declive de las fuerzas afectas al mismo, nucleadas por la CD y entrada en la escena política municipal de las fuerzas de izquierda, hasta la fecha proscritas y perseguidas como PSOE Y PCE.
Izquierdas ilegales perseguidas y proscritas, sobre todo el PCE, que muestra su poder, fruto de su trabajo clandestino, y que a su llegada a la institución municipal cumple de manera clara su compromiso en la búsqueda de soluciones a la problemática diaria de la gente, pero sin olvidar la necesidad de democratizar esta institución y la sociedad praviana.
A esta tarea de democratizar la sociedad heredada emplean tiempo y fuerzas los miembros del grupo comunista. Múltiples son las reuniones de sus miembros con PSOE y UCD, y los frutos obtenidos, prueba clara de su voluntad de romper con el pasado y, con diálogo y renuncias de unos y otros, acometer el futuro.
Muchos son los objetivos de estos diálogos, pero para el PCE praviano y para su portavoz municipal, hay uno que se hace prioritario e irrenunciable acometer, la retirada de todos los símbolos públicos del anterior régimen dictatorial de la villa praviana, tarea, que con acuerdo de todos se acomete en la sesión ordinaria del pleno municipal del 4 de mayo de 1979, donde Antonio Ceferino González, portavoz municipal del PCE, presenta al mismo para su debate y aprobación de la siguiente moción, según consta en acta de ese pleno:
“Se da cuenta de la moción presentada por el concejal Antonio Ceferino González Rodríguez, para que la corporación se pronuncie en el sentido de retirar de forma inmediata, la placa-testamento político del general Franco, colocada en la fachada de la Casa Consistorial, por entender que no representa hoy el sentir del pueblo y, considerar que es necesario borrar símbolos del anterior régimen.”
Sometida la moción a debate, donde se hace visible la negativa del portavoz de CD, Ricardo Álvarez Díaz, en su nombre y en el de su grupo. Por parte del alcalde Francisco Javier Casielles, de UCD, se somete ésta a votación secreta y con papeleta, según consta en acta, votación que da como resultado la aprobación por mayoría, y por consiguiente la retirada inmediata de la citada placa. Retirada que se hizo efectiva según creo, al día siguiente.
Con este acuerdo por mayoría y la retirada de la placa-testamento del dictador Franco de la fachada principal del Ayuntamiento, casa común de todos los pravianos, esta corporación se anticipaba y sentaba las bases, de lo que años más tarde sería la Ley de Memoria Histórica.
Hoy, con este recuerdo de esta página de nuestra historia local, vaya también el reconocimiento, a esa corporación y a sus miembros, pues con la aprobación de la antes citada moción, fueron capaces de borrar un pasado de nuestra sociedad, escrito e impuesto por unos pocos, y empezar a construir un futuro en libertad donde desde el respeto, todos se sintieran iguales.