Publicado el: 03 Jun 2018

“Pravia tendría que ser un hervidero de visitantes”

María José Álvarez Braña propone alguna ideas para mejorar la villa y tener un mayor atractivo para los turistas

Lucía Martínez / Pravia 

María José Álvarez Braña llegó a Pravia con ciudades como Madrid o Nueva York como referente. Desde el corazón de la villa, donde tiene su residencia, cuenta su peculiar visión del concejo, que se ha convertido en su tierra de adopción.
-¿Cuál fue la primera impresión que tuvo de Pravia?
-Aterricé en Pravia muy atenta a las sensaciones que me iba a producir puesto que, sin haber estado nunca antes aquí, el proyecto era quedarme a vivir al menos la mitad del año. Era un cambio muy grande porque mis ciudades de referencia eran Madrid, donde me crié y viví, y Nueva York donde he pasado mucho tiempo por estudios y trabajo. Era un contraste fuerte y tenía que valorarlo despacio. Pero el día que llegué Pravia jugó sus mejores cartas y me recibió una tarde espléndida de junio, con todo el paisaje del Nalón y la Vega preciosos y todas las terrazas llenas. La primera sensación fue muy buena. Y esa primera impresión, aunque luego existan más factores a valorar, siempre predispone. Pensé que era una villa pequeña pero con todos los servicios esenciales para el día a día, a un paso de Oviedo, Avilés y Gijón y con la gran ventaja de tener naturaleza y paisajes extraordinarios al lado. Decidí apostar por Pravia y acerté.
-Dicen que los pravianos somos gente noble y alegre ¿Qué opina?
-Mi percepción es que el praviano tiene un carácter muy acusadamente asturiano. Carácter del que yo, como asturiana de pura cepa, me siento muy orgullosa. Gente de fiar, de pocas pamplinas, bastante frontales, abiertos, acogedores y la nobleza es sin duda una seña de identidad fortísima. Igual de primeras, comparados con otras zonas de España, no somos “la alegría de la huerta” pero metidos en faena sabemos disfrutar mucho la vida. Creo que en general Pravia refleja bien ese carácter.
-Vive en el centro de Pravia y en una de las zonas con más historia arquitectónica.
-Me gusta mucho vivir donde vivo. Por ubicación y por lo que las Casas de los Canónigos representan. Todo este conjunto arquitectónico es importante para el municipio y es nuestro deber mantenerlo lo mejor posible y estar atentos a su conservación. Me gustaba mucho más antes de la remodelación, cuando era un parque y no una plaza sin vida y excesivamente minimalista con feísimos bancos y horribles farolas que no contribuyen a embellecer, y donde la frescura y el verdor tan asturiano de árboles y plantas han desaparecido para dejarnos tan solo una losa fría y continuada que no invita a su disfrute entre otras cosas porque los bancos son imposibles y hay que ser muy valiente para sentarse en ellos. Pero independiente de ese desastre “innovador” es cierto que desde mi casa tengo el privilegio de ver, en primera línea, la mayoría de los actos más relevantes que ocurren en Pravia. Y es un modo de tomarle el pulso a la villa desde el sofá. Cierto que en días puntuales de fiesta hay algo más de ruido pero son fechas contadas. El verano es bastante más bullicioso tanto por la parte delantera como por la calle Jovellanos con todas las terrazas de los bares, pero me satisface sentir que Pravia se mueve. Hasta en las noches de más juerga no hay incidentes y en general todo el mundo se comporta con corrección.
-¿Comida asturiana o mediterránea?
-Sin duda, asturiana. Estoy muy acostumbrada a la cocina del sur y me encanta, por ejemplo, un buen salmorejo, unos boquerones vitorianos o unas puntillitas, pero si hay que optar lo tengo claro porque Asturias tiene una cocina excepcional.

 

“Debemos espabilar y mostrar las maravillas que comporta nuestra oferta turística. A nivel local tenemos que dar a conocer nuestras fortalezas y posibilidades, que son muchas. Hay que hacer ruido y suscitar que la gente quiera conocernos”


-Pasa largas temporadas en Marbella, ¿cree que Pravia está poco explotado?
-No sería justo para Pravia ni Asturias establecer comparaciones con Marbella o la Costa del Sol. Esas zonas tuvieron una gran promoción turística desde finales de los 60 y tienen una oferta basada en sol. Nuestro magnífico logo Asturias Paraíso Natural es de 1985, es decir que nuestra promoción empezó casi 20 años después. Partimos ya de un retraso en publicitarnos que hace difícil la comparación y además, y esencial, son conceptos de turismo muy diferentes. Pero dicho esto, creo que debemos espabilar y mostrar las maravillas que comporta nuestra oferta turística. A nivel local tenemos que dar a conocer nuestras fortalezas y posibilidades, que son muchas. Hay que hacer ruido y suscitar que la gente quiera conocernos. No nos “vendemos” suficiente. Hay aldeínas de Asturias que con tres calles bien arregladas y cuatro maceteros llenos de flores se han sabido publicitar. Y la gente recorre kilómetros imposibles de carreteras comarcales para llegar hasta ellas, comer y pasar el día. ¿Cómo siendo Pravia un punto esencial en la historia de la monarquía Asturiana, por citar una de sus características, no la tenemos a rebosar de visitantes? Con la gran ventaja de tener el aeropuerto al lado, hay que conseguir que cada persona que desembarque de un vuelo, antes de empezar su recorrido por Asturias sienta la curiosidad por venir a Pravia.
-¿Qué iniciativas propondría realizar en Pravia?
-Yo creo que todos tenemos la oportunidad y casi diría la obligación, de aportar ideas e implicarnos. Hay que participar, y desde el Ayuntamiento animar a ello recepcionando y canalizando con ganas las propuestas de los particulares. Un primer punto que encuentro básico y al que todos debemos contribuir es en la imagen. Hace falta darle color a Pravia. Y ahí nos queda trecho a recorrer. Desde el Ayuntamiento se debe mejorar la imagen y limpieza e instar a los vecinos a ser responsables y cuidar la villa. Hay que poner acento en los detalles que embellecen y adornan un pueblo porque la primera impresión es esencial. No nos podemos permitir que un día de fiesta, con posibilidad de visitantes, estén, por ejemplo, las papeleras frente a la colegiata todas volcadas, por las gamberradas de algunos, y la basura tirada en suelo. Ni los bancos medio rotos y llenos de pintadas. Ni los maceteros en plan cutre con dos matojos de hierbas. O las terrazas de nuestras calles con cuerdas de tender exhibiendo de todo. Hay que repartir folletos y enseñar a la gente a valorar lo público y entiendan que es de todos. Concepto que algunos aún no tienen ni medio claro. Y en los colegios, del mismo modo que se hacen charlas sobre muy diversos temas, hablarles también sobre lo que supone ser ciudadano y respetar el entorno. Creo que para promocionar Pravia hay que publicitar más las opciones de ocio. Es verdad que en los últimos tiempos este tema se ha movido mucho y por ejemplo he encontrado interesantísimo el ciclo de Música de Música Coral. Actividades de este tipo podrían llegar a convertirnos en un referente cultural en la zona. Encuentros musicales, literarios…etc. Pero los propios `pravianos deben participar. No se puede decir aquello de “aquí no hay nada” y cuando lo hay, pasar de ello. Y también sugeriría dar a conocer con más intensidad el tema del turismo de naturaleza, en concreto el referido a las sendas aprovechando que ahora se le ha dado un impulso a su adecuación y mantenimiento.
-¿Qué opina del comercio y hostelería de Pravia?
-Es notorio que la mayoría de estos empresarios están trabajando mucho buscando innovar, ampliar la oferta y dar mejor imagen. Se han ido renovando y adaptando a las nuevas tecnologías presentando sus webs y productos online y se nota un gran esfuerzo para que sus establecimientos sean cada vez más atractivos. Los niveles de calidad han aumentado mucho en los últimos años. Creo que es muy meritorio volcar en un negocio todas las energías, las ilusiones y patrimonio porque implica un tremendo riesgo y muchísimo trabajo sin garantía de éxito, lo cual es muy duro. Hay que admirar la valentía con que han aguantado la crisis y pienso que lo están haciendo muy bien, cada vez mejor.
-Si tuviese que animar a alguien a venir a Pravia, ¿qué les diría?
-He animado a muchos amigos a visitarnos y se han ido encantados. No venir a Pravia es perder una gran opción de disfrutar cultura, naturaleza, comercio y una gastronomía magnífica.

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