El llamamiento por la pasarela llega el Mar Muerto
La Plataforma, que ya agrupa más adeptos que la suma de vecinos de La Arena y San Esteban, lleva al desierto de Israel la reivindicación de solicitud de la infraestructura
Redacción / La Arena
La plataforma por la Pasarela entre La Arena y San Esteban continúa haciéndose visible por el mundo. En sentido literal, ya que el colectivo, que agrupa a vecinos, veraneantes y personas allegadas de ambas localidades, acaban de marcar otro peculiar hito en su llamamiento. Como puede contemplarse en la imagen adjunta, desde el Mar Muerto (frontera jordano-israelí), se pone voz a la demanda. Dos vecinos, Marcos Faedo y Ricardo Alvaré, simpatizantes de la plataforma, aprovechando un desplazamiento estival a la zona, posan con una pancarta cuya leyenda “El mar muerto con la pasarela viva” hace alusión a la fuerza popular que ha tomado la petición, relanzada en 2016, con la que se busca unir las dos orillas de la desembocadura del Nalón.
La imagen llega escasos días después del éxito de la segunda jira reivindicativa de los vecinos de La Arena y San Esteban, que se celebró el pasado domingo en petición de la pasarela que una ambas localidades a través de la ría. La construcción de este puente es una aspiración iniciada originalmente en 1992 y que, tras multitud de retrasos y avances, ha ido quedando relegada de continuo y por distintas razones de índole presupuestaria o técnica. Sea como sea, el grupo de Facebook de la Plataforma agrupa ya a más de 2.700 integrantes (cifra que supera la suma de habitantes empadronados en La Arena y San Esteban), refleja una actividad constante y celebra habitualmente acciones de campaña para solicitar al Principado y a las autoridades competentes la materialización de este proyecto largamente postergado.
Esta última fotografía se suma a otras que, desde lugares tan alejados de Asturias como Arabia Saudí (también obra de Faedo y Alvaré), Venecia, Oporto, La Habana o Las Antillas, pone voz al anhelo de poder cruzar a pie el tramo final del Nalón. La frontera de aguas muertas entre Israel y Jordania es una muesca más en el llamamiento a la unión de dos poblaciones que, lejos de enfrentamientos provincianos acaba siendo, más que nunca, una llamada local a la unión que, aunque no sea de aspiración universal, sí es cierto que va camino de dar la vuelta al mundo. Internet y las redes se encargan de mostrarlo.