“El comercio y los edificios de Pravia conservan el acento del pasado”
La historiadora del arte María Fernanda Fernández destaca los cambios de costumbres que trajeron de regreso los emigrantes
F. Romero / Pravia
La historadora del arte y guía oficial de turismo María Fernanda Fernández Gutiérrez (Oviedo, 1973) dice que Pravia es una de las villas asturianas que conservan mejor el “acento” del pasado, por algunos de sus centenarios comercios y edificios. Quiere quitar importancia al peso de los indianos porque “solo fueron una mínima parte de los emigrantes retornados, los que se enriquecieron. Muchos otros regresaron pobres o igual que estaban, pero todos ellos aportaron nuevas costumbres a la sociedad asturiana en re los siglos XIX y XX”.
“Fue una aportación colectiva a la sociedad en donde se estaba produciendo la industrialización, que ponía fin a la vida tradicional asturiana y fue el inicio de la toma de conciencia sindical y política”. En este sentido explica que muchos de los indianos enriquecidos venían con ideas conservadoras y contribuyeron a afianzar la burguesía asturiana”. En Pravia ese ambiente de cruce de siglos se conserva en algunos rincones, tanto el burgués como el industrial y el obrero “y hay necesidad de proteger esos elementos que nos vinculan a otros tiempos”, explica.
Cuando regresaron los emigrantes se encontraron con cambios radicales en la sociedad asturiana y contribuyeron a reforzarlos. Se creaban escuelas, por ejemplo, gracias a la unión entre emigrantes retornados y vecinos y se pasó de la producción artesanal a la industrial. “Se cambio el ocio, el comercio, llegó el cinematógrafo (ahí está el Vital Aza, de Francisco Casariego), los salones de baile, los comercios de textiles y nuevos proyectos”. Y la villa, explica la historiadora, guarda aún esos elementos “por lo que tenemos que ser conscientes de su importancia para preservarlos. Pravia tiene esas huellas que le dan una individualidad con respecto a otras villas asturianas”.
Muchos cambios
Entre el XIX y XX ocurren muchos cambios en Pravia. Llega la industria, el ferrocarril, la azucarera…”. La suerte que tiene la villa es que, a diferencia de otros sitios, en Pravia se conservó parte de ese pasado lo que permite hacerse una idea de cómo se produjo esa transformación en toda Asturias. Para María Fernanda Fernández las administraciones “hacen lo que pueden por conservar ese patrimonio, aunque yo no soy partidaria de echar culpas sobre el estado de conservación porque pienso que es una responsabilidad social. Todos tenemos que tomar conciencia del patrimonio que tenemos y evitar que desaparezca”.
En cualquier caso la historiadora se muestra optimista “no soy derrotista y creo que Pravia tiene a su favor muchas cosas y hoy, en cuanto al patrimonio, la situación ha cambiado mucho en Asturias”.