¿Para qué sirven los porfolios de fiestas?
Por Javier F. GRANDA
Me refiero, por supuesto, a la publicación que anualmente cada comisión de festejos, cada ayuntamiento, con mayor o menor presupuesto y con la ayuda privada en forma de publicidad, llenan las hojas de panfletos vacíos de información y repletos de módulos publicitarios, para ofrecer un programa festivo que en sí ocupa dos páginas. Esta información es la misma que se inserta en un cartel que se distribuye por el municipio o comarca, para anunciar puntualmente las fiestas locales. Información mínima y sin elaborar es lo que podemos encontrarnos en estos artefactos. Sé que me estoy ganando amigos, vale más ser críticos, es un valor en alza. Cada año se tiran a la papelera toneladas de papel que no cumplen ninguna función, absolutamente ninguna, cuando podrían cumplirla. No hay regla sin excepción y es muy posible que en algún lugar se aproveche el espacio de estos cuadernos, folletos o catálogos atestados de publicidad, para dar alguna noticia interesante de su pueblo, o bien algo que contribuya a despertar el interés del lector. A veces la calidad del papel, con impresión a color, y la abundancia de páginas nos ponen ante el formato de un libro. ¡Todo lo que se podría hacer con semejantes recursos! Deberíamos preguntarnos lo que cuestan estas publicaciones y cuál es su utilidad. Para mí no la tienen y, en cambio, se derrocha un dinero muy valioso que podría servir para proponer algo interesante.
Estamos en un momento de cambio y debemos ser imaginativos. Voy a hacer una propuesta a ver si alguien al tanto de estas cuestiones le da por incorporarla en su localidad: llenen esos panfletos de información, sean previsores, inviten a la gente a escribir, seleccionen los textos, pierdan el tiempo en buscar algún dato interesante de su localidad, contribuyan a crear algo en su entorno. Reúnan la publicidad en pequeños módulos y agrúpenla al final de la publicación, donde no moleste ni interfiera con la información. Integren imágenes que destaquen valores, difundan el arte y la cultura de su comunidad. Ese será el mejor regalo a los vecinos, y no un folleto publicitario que no sirve más que para mostrarse a sí mismo y reunir a un número de colaboradores. Hay formas más interesantes de gastar el dinero, ¿no creen?