El juez rechaza la petición de Asturagua de revisar su contrato
El Ayuntamiento está a la espera de la comunicación formal del Juzgado para poder abrir las piscinas de Agones, cerradas desde el inicio de la temporada pero preparadas ya para su uso
F. R. / Pravia
Las piscinas de Pravia podrán abrir con toda probabilidad en los próximos días, después de que el Juzgado rechazase la petición de la empresa concesionaria Asturagua de revisar el contrato con el Ayuntamiento a causa de la situación creada tras las inundaciones pasadas que mantienen parte de sus instalaciones paralizadas. “El juez no ha admitido la solicitud de la empresa. Estamos a la espera de la comunicación formal del juzgado para poder actuar, porque todavía no nos han notificado oficialmente”, señala el alcalde David Álvarez.
Se despeja así la incertidumbre creada después de que la empresa concesionaria se negara a abrir las piscinas en la temporada veraniega (normalmente comienza el 15 de junio), y llevara la interpretación del contrato de adjudicación al juzgado por la vía de urgencia. No obstante, el Ayuntamiento, ante la previsión de una resolución favorable, como ahora ha ocurrido, mantuvo todo el mes las piscinas de Agones preparadas para su uso y ha habido un mantenimiento de las mismas por parte del personal municipal. Ahora habrá que establecer las normas para su uso restringido a causa del COVID-19.
Hasta en tres ocasiones el Consistorio intentó abrir la piscina, si bien se echó atrás ante las dudas sobre sus consecuencias legales, después de que Asturagua, empresa concesionaria a la que aún le quedan cuatro años de explotación, planteara en sede judicial la interpretación del contrato, dado que aún no han comenzado las obras de las piscinas cubiertas y la sociedad entiende que dicho contrato debe revisarse al perjudicar la actual situación a su cuenta de resultados. Fuentes cercanas al consistorio praviano creen que el problema viene porque la concesionaria no está satisfecha con el contrato, y más después de las graves averías causadas por las últimas inundaciones. “No les resulta rentable y parecen tener poco interés en mantener la gestión”, señalan.