Publicado el: 09 Sep 2017

La sequía deja una temporada de pesca fluvial “desoladora”

Los pescadores achacan también el bajo nivel de capturas a los depredadores “cada vez más abundantes”

 

Redacción / Pravia

La temporada de pesca fluvial en los ríos asturianos finalizó el pasado mes de agosto con un balance bastante negativo según las diferentes asociaciones de pescadores consultadas. El tiempo seco de este año y la proliferación de depredadores están entre las causas. Los ríos estuvieron mejor en la primera parte de la temporada pero a partir de junio los cauces bajaron mucho, lo que influye en la pesca del salmón.
“El balance es claramente negativo”, explica Enrique Berrocal, presidente de Mestas del Narcea para quien ha influido el que estemos en un un año “especialmente seco climatológicamente hablando y ello ha incidido en unos paisajes desoladores en las riberas de los ríos de la cornisa cantábrica, hasta el punto que la comunidad vecina de Cantabria decidió cerrar parcialmente la pesca en sus ríos”.
Explica que el dato de la pluviometría puede influir e influye en la entrada de los salmones al río, “permaneciendo en las bocanas de las desembocaduras, en lugar de ascender a las zonas medias de los ríos durante la primavera”.
Para esta asociación a ello hay que sumar “la proliferación incontrolada de los depredadores”.
Explica Berrocal que las cuencas de la comarca son las más repobladas y “dentro de la miseria, nos encontramos con unos números que, este año, duplican los de la suma de los demás ríos asturianos, dato importante si queremos solucionar el problema que estamos padeciendo”.
El presidente de la Asociación insta a la Administración “a hacer algo serio de una vez por todas por los ríos”.
Ángel López, ‘Iti’, vocal para los Valles del Trubia de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial coincide con Berrocal en que ha sido una mala temporada, también en los ríos Trubia, Proaza, Quirós y Teverga. “Fue floja, principalmente por el bajo cauce, un invierno con poca nieve y escasez de lluvia durante la primavera”.
En el río Trubia, catalogado como zona salmonera con restricciones de cebos, los primeros días (la temporada empezó el 21 de mayo) el río llevaba bastante caudal “y se pescaron hermosas truchas y algún que otro reo, aunque según fue avanzando la temporada se redujo la captura de peces”. Un factor que influye en este río es la irregularidad del caudal por la central eléctrica de Proaza. En el río Teverga., explica ‘Iti’ el caudal se conserva bastante bien a lo largo de la temporada, principalmente por debajo del coto hasta Las Ventas, que es zona libre de pesca. Este río abre la veda desde el tercer domingo de marzo hasta el 15 de agosto. “Fue un año en el que los pescadores disfrutamos con buenas capturas de trucha, especialmente los primeros meses”.
Sin embargo el río Quirós, explica, “está en horas bajas. No sabemos muy bien las causas pero hace unos 20 años que ha ido disminuyendo y eso que era uno de los ríos más trucheros de la comarca, con piezas de más de un kilo. Ahora no tiene casi nada, esperemos que se recupere”, explica Iti.

Repoblación
La Asociación Asturiana de Pesca Fluvial es la encargada de repoblar casi todos los ríos de estos valles, salvo del Teverga, del que se encarga Mestas del Narcea. Lo hacen con crías de truchas de esos mismos ríos. Sin embargo estas repoblaciones se ven muy afectadas, a juicio de Ángel López, por la acción cada vez mayor de los depredadores. “No digo que los pescadores no tengamos culpa en el declive de los ríos, pero la Administración tiene que encabezar la protección de nuestros ríos y limitar la presencia de cormoranes, garzas, nutrias, patos y peces invasores, de los que no sabemos quién los echó a los ríos”. Para ‘Iti’ también influye la contaminación, que aunque ha mejorado mucho en los últimos años, aún se detecta puntualmente en nuestros ríos.

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