Publicado el: 05 Jul 2018

Pravia espera 35.000 personas en las fiestas del Xiringüelu

El Plan de Seguridad reforzará la vigilancia privada en las zonas más conflictivas, con retenes que se ampliarán en función de las necesidades

El Ayuntamiento pide, como otros años, apoyo de la policía local de Avilés para llegar a disponer de una dotación de 20 agentes, además de los efectivos de la Guardia Civil

Un momento de la reunión de seguridad del Xiringüelu

 

F. R. G. / Pravia

Las fiesta del Xiringüelu de Pravia del próximo mes de agosto atraerá este año entre 32.000 y 35.000 personas. Al menos esas son las previsiones de los diversos representantes del equipo que diseña el Plan de Seguridad, reunido hoy bajo la presidencia del alcalde, David Álvarez, en el salón de plenos del Ayuntamiento. Para evitar incidentes como el del año pasado, en esta ocasión se va a reforzar la seguridad privada. Para empezar se ha buscado una nueva empresa y estarán presentes 16 vigilantes y cuatro más de retén por si fuera necesario. Estos agentes controlarán especialmente las zonas más conflictivas y de riesgo, como puede ser el río y la zona de bar. Además habrá 20 policías locales, parte de efectivos de Pravia y el resto de Avilés. El Ayuntamiento de Pravia ya ha pedido refuerzo a la villa vecina, como otros años.

A la reunión, además de David Álvarez, acudieron el concejal de festejos, Alejandro del Busto, Policía Local, seguridad privada, Fuerzas de Seguridad del Estado, servicios médicos, Protección Civil,  112 Asturias y Transporte Público, así como miembros de la cofradía del Xiringüelu. Queda aún pendiente una reunión en Delegación del Gobierno.

Habrá nueve policías municipales por la mañana y 11 por la tarde, además de un subinspector de Avilés. Por supuesto y como es habitual ante la presencia de una concentración masiva de personas (los asistentes multiplican por 4 la población de Pravia concentrados en dos hectáreas), se espera la presencia de más de un centenar de agentes de la Guardia Civil, entre tráfico, canina, helicóptero, operaciones especiales, etc. Los mayores efectivos estarán controlando el tráfico ya que se espera la llegada de más de 180 autobuses, la mayoría de ellos por la mañana, lo que, como otros años, puede colapsar el tráfico.

Aunque el cierre de la fiesta es a las doce de la noche, en esta ocasión se quiere empezar a cerrar una hora antes, a las once. Desde esa hora se quitará la música y se dejará de servir copas. De esta manera se pretende aliviar la carga de trabajo de los voluntarios de la comisión de festejos, ya que otros años entre que cerraban y recogían acababan a la una de la madrugada. “Vamos a hacerlo así este año de prueba”, explica Alejandro del Busto.

Del Busto explica que “el plan de seguridad es prácticamente el mismo que hemos puesto en marcha en los últimos cinco años porque ha funcionado bien”. En este sentido asegura que el año pasado los incidentes de última hora que obligaron a una carga policial “son anecdóticos y causados por una minoría si se tiene en cuenta que había 32.000 personas y no ocurrió nada grave”. Otra de las medidas que se va a adoptar, y que ya se aplicó el año pasado, es que los servicios médicos puedan atender al 98% de los casos en el mismo prau Salcéu sin necesidad de que las personas indispuestas tengan que ser desplazadas a otros centros de salud.

 

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